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De Apulia a Chernóbil: la acción del cáñamo en la regeneración de suelos

Ante desastres como un escape nuclear o la contaminación industrial, toda ayuda es poca y muy escasos los recursos para regenerar el medio ambiente. Sin embargo, numerosas investigaciones y diversos sucesos a lo largo de los años han demostrado que el ‘Cannabis sativa’ tiene un poder casi único que solo comparte con otras especies como el maíz o el girasol: es capaz de limpiar la contaminación de suelo, agua y aire, descomponiendo y eliminando elementos químicos tóxicos para el ser humano.

Existen especies vegetales que, por medio de lo que se conoce como fitorremediación (un término acuñado por el doctor Ilya Raskin del Centro de Biotecnología de la Universidad de Rutgers, Nueva Jersey), tienen la capacidad de limpiar el suelo de metales pesados, depurar las aguas residuales o incluso restaurar el equilibrio del aire contaminado. Algunas plantas como el maíz o el girasol son muy eficaces a la hora de desempeñar este proceso. Pero el cáñamo es uno de los más cualificados, ya que además tiene la capacidad de crecer en suelos agotados y sin apenas nutrientes. El potente sistema radicular del cáñamo puede romper el terreno compactado, proporcionando aireación y porosidad, pero afianzando el suelo con firmeza, lo que ayuda a controlar la erosión. Las raíces del cáñamo estabilizan la zona y actúan como un filtro al descomponer la materia contaminante después de absorberla, transformando las toxinas en sustancias inocuas. En pocas palabras, se convierte en un vegetal regenerativo, que puede ayudar al hombre a seguir viviendo cuando lo artificial arrasa con lo natural.

¿Cáñamo o marihuana?

Los niveles de concentración de THC y CBD son los que marcan la principal diferencia entre el cáñamo y la marihuana. Mientras la marihuana cuenta con altos índices de THC, la sustancia con efectos psicoactivos, el cáñamo, presenta mayores niveles de CBD (el compuesto más terapéutico) y menores de THC. El gran debate de los cultivadores se encuentra en los límites que fijan los porcentajes de THC para catalogarlo como uno u otro. Por el momento, la regulación es confusa, y diferentes instituciones dependiendo del país marcan porcentajes dispares, que no suelen superar el 3% de THC.

Si bien no es recomendable plantar cáñamo en sitios tan contaminados cuando quiere destinarse a uso alimentario, es muy adecuado hacerlo en ellos cuando se pretende limpiar esos lugares. Las investigaciones han descubierto que la planta es capaz de absorber la radiación, los metales pesados y otras toxinas provocadas por la acción del hombre. No obstante, también puede utilizarse para limpiar todo tipo de residuos, desde metales a pesticidas, disolventes, explosivos, petróleo crudo, hidrocarburos y toxinas de fábricas y vertederos. Así lo están demostrando agricultores de los campos de Taranto, en la región italiana de Apulia, quienes tras ver cómo una toxina presente en los pastos acababa con sus rebaños han decidido utilizar el cáñamo para devolver la riqueza a los terrenos sobre los que plantaban. La razón de esta contaminación se debe a la planta de acero Ilva, una de las más grandes de Europa. Fundada en 1905, la fábrica ha causado un gran impacto medioambiental en la zona de Taranto, hasta tal punto que ha llegado a contaminar los suelos con sus desechos. Los agricultores decidieron utilizar este método de fitorremedación con cáñamo para recuperar sus tierras y volver a pastorear en la zona. Gracias a esta iniciativa, unos 100 agricultores y ganaderos que vivían cerca de la factoría no han tenido que desplazarse de lugar para poder continuar con su labor.

Reutilización de la planta de cañamo

Pero el cáñamo no solo limpia los restos tóxicos del suelo sino que la comercialización de sus fibras es un importante activo con el que obtener beneficio económico. Las fibras de cáñamo son unas de las más duraderas, resistentes y suaves del mundo; y, de hecho, hace milenios que los seres humanos descubrieron cómo fabricar hilo, cuerda y tejidos con ella. La fibra de cáñamo puede usarse para cosas tan variadas como la fabricación de ropa, papel o materiales para bioconstrucción e incluso para obtener biocombustible. Todo ello, además, con la ventaja de que estos productos son ecológicamente sostenible y fáciles de integrar en los mercados existentes.

La buena noticia, volviendo al tema que nos ocupa, es que el cáñamo utilizado para regenerar suelos podría, además, utilizarse para fabricar productos industriales. Según un estudio del Instituto Polaco de Fibras Naturales, aproximadamente el 75 % de la planta sigue conservando sus características como al principio del proceso de descontaminación de los suelos, por lo que puede reutilizarse para otras aplicaciones: en concreto, tras analizar varias plantas cultivadas, concluyeron que es posible pueden seguir aprovechando los tallos y las semillas.

El papel del cáñamo como regenerador de restos nucleares

Las enormes posibilidades de esta planta como regeneradora del suelo se han puesto de manifiesto en tragedias nucleares como la de Chernóbil y o la de Fukushima. Precisamente poco después del desastre de 1986 se descubrió que algunos vegetales podían ayudar en los procesos de limpieza. Cuando, en 1989, el Gobierno soviético pudo evaluar la situación de la zona de exclusión de 30 kilómetros que rodea la central afectada, se pudo comprobar que existían altas concentraciones de metales como el yodo, el cesio-137 y el estroncio-90, así como plutonio no solo en suelo y plantas sino también en animales. El primer vegetal utilizado en las  las tareas de fitorremediación fue maíz, con el que demás de los elementos mencionados, podían eliminarse el cromo, el plomo, el cobre y el níquel. La siguiente planta utilizada fue el el girasol y, ya en 1996, una década después del desastre, se empezó a trabajar con cáñamo industrial rico en fibra, con el único objetivo de desintoxicar la zona lo máximo posible.

Este se convirtió en uno de los proyectos más importantes del país. En ese momento, Slavik Dushenkov, científico e investigador en Phytotech (una organización responsable del cultivo de esta planta), declaró que se empezaba a demostrar que este era el vegetal más provechoso para ayudar en desastres nucleares. El cáñamo ha estado cultivándose en la zona durante los últimos diez años en las proximidades de la central nuclear ucraniana y, según expertos, se ha logrado una notable reducción de la toxicidad.

Su importancia en la rotación de cultivos

Sin llegar a extremos tan dramáticos como Chernobil, el cáñamao también es utilizado por agricultores como cultivo de rotación para evitar parásitos sin necesidad de utilizar pesticidas ni disolventes innecesarios. Muchos cultivos a gran escala exigen grandes cantidades de nutrientes que van disminuyendo la calidad del terreno. Lo ideal es dejarlos descansar y alternar los cultivos de, por ejemplo, maíz, con otros que no sólo necesiten tanto nutriente sino que permitan al suelo regenerarse. Aquí es donde entra el juego el cáñamo, que no sólo ayuda a que el suelo vuelva a llenarse de nutrientes sino que, al tener un rapidísimo crecimiento de biomasa -sólo superado por el bambú- permite que el cultivo de rotación sea eficiente, además, desde el punto de vista económico. Por ejemplo existen muchas especies vegetales agrícolas con un ciclo vegetativo de cinco meses: se plantan en octubre y se recogen en marzo. Por su parte el cáñamo industrial, con un ciclo de seis meses, se planta en abril y se cosecha en septiembre; y al tratarse de una planta anual, muere después de cada ciclo, necesitando la siembra de nuevas semillas en la siguiente primavera. Se trata de una rotación con la que se logra mejorar la fertilidad y el aporte de nutrientes al terreno. Además, disminuye la posibilidad de que las plagas que afectan a los distintos cultivos permanezcan en la tierra, dejándola así lista para volver a sembrar.

Esto no es más que una nueva prueba que demuestra los innumerables beneficios de plantas como el cáñamo, que muchas veces quedan en el olvido y que, otras muchas, se encuentran prohibidas en diversos países. Un vegetal tan natural como este, que además ayuda a recuperar el equilibrio de ecosistemas que han sido sometidos a impactos negativos, debería ser cuidado y defendido de una punta a otra del planeta. Él nos lo agradecerá. Los hombres, que a veces se olvidan de que forman parte de la naturaleza, también deberían hacerlo.

01/06/2017