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Cómo acabar con los olores indeseados en el cultivo de interior

Durante el cultivo indoor, a menos que cuentes con una licencia y puedas ejercer tu actividad libremente, es importante ser consciente de los ruidos, olores y filtraciones de luz provenientes de tu cultivo que podrían hacer saltar las alarmas de tus vecinos. En este post te contaremos cómo era la vida antes de la llegada de los filtros de carbón, la razón por la que algunas variedades se vieron forzadas a salir del mercado así como algunos consejos sobre cómo hacer un buen uso de dichos dispositivos.

Por Stoney Tark

La vida antes de la llegada de los filtros de carbón

La situación legal de la marihuana es ahora más transparente que nunca, con un número cada vez mayor de cultivadores autorizados que cumplen plenamente con la normativa vigente. La situación hace 50 años era totalmente diferente, momento en el que la gran mayoría de cultivadores de exterior tenían que cultivar en interior por miedo a la policía local y a la presencia de helicópteros.

Las leyes y las condenas eran mucho más duras en aquella época, tanto que la recompensa de un cultivo outdoor no compensaba el riesgo al que tenían que someterse. Mucho antes de la revolución de la iluminación para la horticultura moderna, cultivar marihuana en interior resultaba además no solo complicado sino poco rentable. Sin embargo, muchos cultivadores no tuvieron más remedio que recurrir al cultivo indoor.

En la época, las variedades más demandadas eran los híbridos Indica y Skunk que circulaban por California. El problema era que, una vez las plantas Skunk y Afghani comenzaban a florecen, su intenso aroma se volvía demasiado delatador, lo que ponía en peligro la integridad de la plantación. En el peor de los casos, acababas arrestado. Con suerte, simplemente te convertías en objeto de las miradas de tus vecinos, quienes, a pesar de no poder identificar con exactitud el extraño aroma a tierra y a petróleo proveniente de tu casa, sabían que algo ilegal estaba ocurriendo.

Mejor cultivar variedades afrutadas y florales

Tras numerosas detenciones y noches en vela, los cultivadores de interior acabaron por dar la batalla por perdida y dejaron de cultivar apestosos híbridos Kush, Skunk o Indica para evitar así los problemas generados por el olor. Esto dio lugar al aumento de la demanda de genéticas afrutadas, dulces y florales que hasta entonces no habían formado parte del top de los cultivadores más conocedores. En ellas vieron la posibilidad de obtener cosechas sin tener que preocuparse por los aromas indeseados.

Desgraciadamente, esto también causó la desaparición de una de las variedades Skunk más famosas, la archiconocida "Road Kill pheno", que por suerte parece estar volviendo a coger fuerza. Cuando los filtros de carbón entraron en escena, la situación cambió por completo. El cultivo indoor dejó de ser considerada una alternativa peligrosa que podía causarte problemas con tus vecino o, incluso peor, con las autoridades.

Introducción a los filtros de carbón

Con la llegada de los filtros de carbón, tanto los cultivadores a gran escala como aquellos con espacios de cultivo más reducidos se hicieron con estos neutralizadores de olores. Básicamente, se trata de tubos de metal con un revestimiento interior de carbón activo capaz de eliminar los olores absorbidos por los extractores.

Gracias a estos filtros, el aire que sale del extractor es totalmente inodoro, exactamente como debe ser si estás cultivando en un edificio público o tienes vecinos viviendo cerca. Ahora es posible cultivar variedades con múltiples aromas y sabores sin mayor problema. El intenso aroma a petróleo, a tierra o a flores de algunas genéticas ya no es razón para rechazar una variedad. Lo que importan son tus deseos y preferencias.

Aromas indeseados durante el secado y el almacenaje

No tiene mucho sentido contar con un espacio indoor equipado con extractores y filtros, y luego obviar la importancia de mantener los olores bajo control durante el proceso de secado y almacenaje. Tómate tu tiempo para acondicionar el espacio destinado al secado y asegúrate de que se encuentra bien aislado y dotado de filtros y extractores. Utilizar un armario cualquiera para colgar la hierba no te va a traer más que problemas, y qué decir de las cajas de zapatos o de cartón.

Lo mejor que puedes hacer es hacerte con un buen armario en el que poner a secar tus plantas. Allí podrás controlar la temperatura y la ventilación a la perfección, sin necesidad de preocuparte por las filtraciones. Una vez secos, los cogollos tendrán que ser transportados, algo que puede convertirse en una verdadera pesadilla, especialmente si se trata de variedades apestosas como las Kush o similares.

No subestimes la importancia de almacenar tus flores en un contenedor hermético como un frasco de conservas o un tubo de plástico. La calidad del contenedor no tiene por qué ser la mejor, pero procura que no entre en contacto directo con la luz del sol. Esta es la manera más discreta y segura de conservar tus flores de marihuana y garantizar un buen curado.

Consejos para un buen uso de los filtros de carbón

12/03/2019