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¿Cómo preparar un bokashi sencillo y eficaz?

Bokashi es una palabra japonesa que significa “material orgánico fermentado”. En cualquier caso, se trata de un método de compostaje utilizado en el cultivo biológico y ecológico que te permite reciclar prácticamente todos los restos de alimentos y, además, potenciar la vida en el suelo.

Recogida de restos de alimentos en el contenedor de compostaje

¿Qué es el Bokashi?

Más concretamente, el bokashi es un proceso de fermentación anaeróbica (libre de oxígeno) consistente en una mezcla elaborada a base de salvado de cereales que contiene microorganismos efectivos (EM), habitualmente EM-1, también conocidos como "bokashi starter" o "activador de bokashi". Dichos microorganismos cohabitan con los desechos de los alimentos y los transforman en un abono biológico que, añadido al suelo, crea un sustrato rico, lleno de vida, donde los mecanismos naturales se ven potenciados y ofrecen los recursos necesarios para que las plantas se beneficien de un buen equilibrio general, de una correcta alimentación y de la protección óptima. Gracias a la extraordinaria sinergia que se produce entre los diferentes participantes en la vida microbiana del suelo, se consigue la optimización de la vida en el mismo. Se trata de un excelente catalizador de los glúcidos, aminoácidos y ácidos orgánicos presentes, y gracias a su alta actividad enzimática se establece una vida biológica bien equilibrada.

Bokashi recién fermentado

Preparación del bokashi paso a paso

Para preparar un buen "starter" de bokashi necesitarás:

El salvado de trigo, la solución de EM-1 y la melaza actúan conjuntamente y generan un producto fermentado, conocido como Bokashi, que contiene microorganismos capaces de descomponer la materia orgánica y de crear un alimento rico en carbono, de fácil asimilación para las plantas.

Pon a calentar 4 litros de agua hasta que alcance la temperatura adecuada para poder disolver la melaza. Añade 250 ml de melaza a los 4 litros de agua y mezcla hasta que la mezcla quede completamente homogénea.

Añade 4 litros de melaza a los 16 litros de agua restantes. Mezcla con fuerza, en el sentido de las agujas del reloj, hasta conseguir un Vortex sobre el cual añadiremos la solución EM-1. A continuación, cambia la dirección del remolino, un par de veces, hasta que la mezcla quede completamente homogénea.

A continuación, realiza con el salvado de trigo un montón con un cráter en la parte central superior que servirá como recipiente para verter la mezcla de agua, melaza y EM-1.

Mezcla el salvado y la solución líquida con las manos, como si se tratara de una masa, hasta que el nivel de humedad de la mezcla quede uniforme. Para conseguir la consistencia deseada se estiman unos 20 minutos de trabajo y es importante recalcar que para que la masa quede bien equilibrada es necesario insistir hasta conseguir que esté bien mezclado.

Llegados a este punto del proceso, aunque la masa esté húmeda, el salvado no debería soltar agua al apretarlo entre las manos. Introduce la mezcla de salvado en una bolsa de plástico o contenedor hermético y ciérralo asegurándote de que la cantidad de aire contenida en el interior sea mínima o nula para evitar la presencia de oxigeno. Una vez que la mezcla se encuentra aislada del aire, los microorganismos en estado anaeróbico pueden empezar a trabajar para fermentar el grano. El proceso se puede acelerar si se aumenta la temperatura ambiente a unos 25ºC. A medida que los microorganismos se desarrollan, van liberando unos gases que hacen que se hinche el recipiente o la bolsa de plástico.

Tras dos semanas de fermentación, la mezcla desprende un olor penetrante y dulce. La bolsa de basura con Bokashi fermentado que se muestra en la imagen se preparó en un día de calor, por lo que el proceso quedó activado en tan solo unas horas. Para asegurar las condiciones de trabajo se recomienda el uso de dos bolsas de basura.

Tras dos semanas, el salvado debería estar totalmente fermentado y desprender un olor agridulce, similar al de la cerveza o al de la levadura, por la presencia de las bacterias del ácido láctico (lactobacillus). El bokashi ya está listo para su uso, pero en estas condiciones, debido a su alto nivel de humedad, no se puede almacenar y para ello es necesario secarlo. La manera más rápida y económica de hacerlo es esparciéndolo de forma uniforme encima de una lona bajo el sol hasta que se seque. Si el secado se realiza en interior, se puede utilizar una estufa o un deshumidificador.

Utilización y colocación

El bokashi ya está listo para su uso como abono biológico o como compost anaeróbico. Si lo utilizas como abono biológico, no es conveniente que lo añadas muy cerca de las raíces, ya que su grado de acidez podría quemar la masa radicular. Es mejor añadirlo en la zona circundante de la planta, a una distancia de unos 30 a 40 cm de las raíces.

Ahora que el bokashi activado está preparado, vamos a utilizarlo para la preparación de un compost anaeróbico, y luego lo mezclaremos con la tierra de cultivo para conseguir un sustrato completo, eficaz y totalmente orgánico. Es preferible utilizar un contenedor de compostaje con grifo (ver foto 1) para extraer el zumo del compost y usarlo como fertilizante natural. El zumo de compost bokashi tiene una alta concentración de nutrientes y por ello te aconsejamos que lo diluyas en una proporción del 1%, en tu solución nutritiva. Así evitaremos quemaduras graves en las plantas, provocadas por la elevada acidez del pH del zumo de compost recién exprimido (entre 3 y 4).

El compost definitivo se prepara en un contenedor totalmente hermético (anaerobia/sin oxígeno) dispuesto en capas superpuestas, como si se tratase de una lasaña. Deberemos colocar primero una capa de restos de alimentos y posteriormente una capa de nuestra preparación bokashi, y así sucesivamente hasta llegar a la parte superior del contenedor de compost. Es importante apretar bien cada una de las capas para que queden bien compactadas. Así evitaremos que el oxígeno penetre y altere el correcto desarrollo del proceso, hecho que también afectaría a la producción de zumo de bokashi.

Luego, habrá que mezclar el compost de bokashi con la tierra de cultivo elegida y dejar reposar durante aproximadamente 2 semanas. Pasado este periodo, este completo sustrato biológico estará listo para su uso. Para conseguir un buen equilibrio entre los diferentes elementos, la dosis recomendada es de 2/3 de tierra por 1/3 de compost de bokashi. Y ya no quedará nada más que poder disfrutar de fabulosas plantas como Blue Dream o Mango Sapphire, verdaderas delicias cannábicas que, con este método, mostrarán todo su potencial.

Sour Desel cultivada con Bokashi y con abonos de BioVortex

Esperamos que puedas aprovechar nuestros consejos y que consigas maravillosas cosechas de calidad. En Humboldt Seed Organization, la calidad es lo primero. ¡Disfrútalo!

15/05/2017