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Cómo el cultivo de cáñamo puede ayudar a recuperar las poblaciones de abejas

El cultivo industrial de cáñamo está ganando popularidad y su prolífica producción de polen puede proporcionar importantes beneficios ecológicos. Los polinizadores como las abejas continúan enfrentándose a desafíos que les están llevando hacia una irremediable extinción, por lo que es crucial desarrollar prácticas sostenibles en la agricultura que puedan devolver el hábitat a las abejas. Y el cáñamo industrial puede desempeñar un papel importante al proporcionar opciones nutricionales para las abejas durante la temporada de cultivo.

En los últimos 15 años, las colonias de abejas melíferas (abejas productoras de miel), los polinizadores más importantes para flores, frutas y verduras, han ido desapareciendo y la razón sigue siendo desconocida. Conocido como el "trastorno del colapso de las colonias", miles de millones de abejas melíferas de todo el mundo abandonan sus colmenas para nunca volver. ¡En algunas regiones hasta el 90% de las abejas han desaparecido! Y los datos muestran que las poblaciones de abejas disminuyen cada vez más cada año.

Este proceso ha sido particularmente doloroso en EE.UU., donde el pasado invierno se produjo la peor pérdida de colmenas registrada desde que hay registros. El número de colmenas que sobreviven los meses de invierno es un indicador general de la salud de las abejas, según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. Y los apicultores informaron de una pérdida del 40% de sus colonias durante el año pasado. La causa es debida a una serie de diferentes factores estresantes, pero el principal de ellos es la salud general de los hábitats respectivos. Es por eso que los apicultores necesitan descubrir prácticas de agricultura ecológicamente sostenibles para mantener a las abejas polinizando.

¿Puede ser el cáñamo la solución?

Hace unos meses se publicó un estudio en la revista 'Biomass and Bioenergy' titulado 'Bee diversity and abundance on flowers of industrial hemp' donde investigadores de la Universidad Estatal de Colorado instalaron diez trampas en los campos de cáñamo del norte del estado y recogieron abejas en el transcurso de cinco días durante la temporada pico de floración.

El equipo informó de 20 géneros diferentes de abejas que acudían al cáñamo en flor, demostrando que este cultivo es capaz de atraer a polinizadores tan importantes como estos, ya que el polen de las flores de cáñamo macho es usado para alimentar a las larvas de abejas. Cuando los investigadores observaron más de cerca la colección, encontraron cerca de 2.000 abejas, de las cuales el 38 % eran abejas melíferas clásicas. En concreto encontraron Apis mellifera (38%), Melissodes (25%), Peponapis (16%) y Bombus (5%) que representaban más del 80% del total de abejas en las muestras.

Encontrar un cultivo polinizador adecuado para mejorar los hábitats de las abejas es fundamental para la vida de los ecosistemas. Al ser polinizadas por el viento, las plantas de cáñamo producen grandes cantidades de polen que son atractivas para las abejas. "Así el cáñamo puede ser un cultivo ecológicamente valioso cuyas flores pueden atraer a una amplia gama de abejas silvestres", concluyeron los investigadores, mientras se sorprendían porque "no esperaban ver esta gran diversidad de abejas explotando este cultivo, ya que es relativamente nuevo en los Estados Unidos".

El cáñamo como cultivo de rotación

El cáñamo es polinizado por el viento y no requiere polinizadores como las abejas para producir semillas y nuevas plantas. También es una planta dioica, lo que significa que las plantas son masculinas o femeninas. El cáñamo que produce aceite de cannabidiol (CBD), que actualmente comprende aproximadamente el 90 % de la producción de cáñamo de EE. UU., se produce a partir de la planta femenina. Durante 70 años el cáñamo no se ha cultivado comercialmente a gran escala en los EE. UU., hasta que se firmó la Ley de Cultivo de Cáñamo como parte de la Ley Agrícola de 2018. A partir de entonces se ha triplicado las hectáreas cultivadas a nivel nacional.

La floración del cáñamo en el norte de Colorado, donde se realizó este estudio, se produce entre finales de julio y finales de septiembre, después de que otros cultivos comerciales hayan completado sus floraciones. Este período de tiempo coincide con una escasez de plantas de cultivo amigables con los polinizadores en la región, lo que hace que las flores de cáñamo sean una fuente potencialmente valiosa de polen para las abejas, disponible además en una época del año en que las flores se vuelven escasas.

Pero el cáñamo proporciona más que polen a las abejas. Los estudios muestran que la diversidad de cultivos ayuda a la biodiversidad en general. Plantar otro cultivo en rotación de alto valor como el cáñamo (capaz de producir desde fibras a biocombustibles) puede beneficiar económicamente a los agricultores. Cuando los productores tienen más opciones de cultivos de rotación, eso lleva a sistemas de cultivos más saludables y menos problemas. Se hace más fácil controlar malezas, plagas y enfermedades. Esto indirectamente beneficia a las abejas.

Sin embargo todavía es pronto para ver si la introducción del cáñamo como cultivo de rotación alterará los ecosistemas circundantes, sobre todo en rotación con maíz y soja o en cultivos de tomates, calabazas y pimientos. O si el cáñamo desviará a las abejas de otros cultivos especializados, pues la expansión de la producción de cáñamo puede facilitar la polinización en cultivos cercanos.

Pero cuidado con los pesticidas

El estudio también advierte que los agricultores deben tener especial precaución al rociar pesticidas en las plantas de cáñamo, especialmente cuando está floreciendo, ya que estas sustancias podrían afectar negativamente la salud de las colonias de abejas.

Y es que a medida que el cultivo de cáñamo continúa expandiéndose, se espera que las plagas de insectos también se vuelvan más frecuentes. Por tanto también es necesario el desarrollo de planes integrados de control de plagas capaces de proteger a los polinizadores mientras se acaba con los insectos no deseados

Durante décadas, los apicultores obtuvieron la mayor parte de sus ingresos de la producción de miel. Pero ahora la mayor parte de sus ingresos proviene de la polinización (el alquiler de colonias en colmenas para polinizar campos y huertos particulares), lo que expone a las abejas a más pesticidas. Y eso les está pasando una factura que, como se ha visto este invierno en EE.UU., es imposible de sostener.

29/08/2019