Humboldt Seeds
Humboldt

Cultivos de cobertura

Una vez terminada la temporada de cosecha, es el momento de pensar en mantener la tierra viva, protegida y bien nutrida. Para conseguirlo, lo mejor es utilizar una técnica conocida como cultivo de cobertura.

Mezcla de habas, guisantes forrajeros y semillas de veza listas para plantar.

Los cultivos de cobertera están compuestos habitualmente de plantas fijadoras de nitrógeno conocidas como leguminosas, como las alubias, los guisantes y los tréboles*. Las plantas fijadoras de nitrógeno contienen un tipo de bacterias conocida como rizobio en los nodos raíz. El rizobio puede convertir N2 atmosférico en una forma asimilable para las plantas, el amonio (NH3 + H+ → NH4+), utilizando la enzima nitrogenasa.

El rizobio habita en los nodos raíz y devuelve el nitrógeno atmosférico a la rizosfera, transformándolo en una forma de nitrógeno que las plantas pueden asimilar.

Además de los beneficios obvios de la fijación del nitrógeno en una forma asimilable para las plantas, los cultivos de cobertura ofrecen otras muchas ventajas. La tierra viva se encuentra en mejores condiciones cuando mantiene un intercambio continuo con las plantas. Las raíces crean una estructura y ayudan a mantener y proteger la capa superior de la tierra. En muchos aspectos, las raíces son el centro de la vida del suelo. Las micorrizas son estructuras fúngicas que crecen en simbiosis con las raíces de las plantas, creando un intercambio mutuo. Estas bacterias beneficiosas se desarrollan más favorablemente en presencia de las raíces. El lugar en el que se lleva a cabo este intercambio se denomina rizosfera y es la franja estrecha de tierra que recibe el efecto directo de las secreciones de la planta. Los organismos beneficiosos se alimentan con las células desprendidas de las plantas, así como con las proteínas y azúcares que liberan las raíces, conocidas como exudados.

Brotes de habas cultivados para fijar el nitrógeno en la tierra de forma asimilable para las plantas.

Las plantas pueden jugar un papel importante en la creación de un equilibrio biológico en la tierra, favoreciendo a los organismos que prefieren con alimento exudado. La planta alimentará a los microbios que puedan mineralizar mejor los nutrientes que necesita. Este intercambio promueve la diversidad y el equilibrio, y favorece muchas variedades de organismos que disponen de funciones especializadas que activan los nutrientes de la tierra.

El cultivo de cobertura es vital para la reintroducción natural del nitrógeno en la tierra de forma asimilable para las plantas mediante el uso de asociaciones simbióticas (mutuas) con bacterias que fijan el nitrógeno (rizobio).

Al plantar un cultivo de cobertura se contribuye a que el ciclo natural y económico de la tierra prospere de la manera en que la naturaleza ha evolucionado para hacerlo. La capa superior de tierra viva queda protegida del sol por el follaje de la planta y las raíces contribuirán al desarrollo de una red nutritiva y saludable en la tierra. La estructura de la tierra volverá a un estado de equilibrio que resultará muy beneficioso en el momento de la plantación, en primavera.

Judías en proceso de maduración

Al empajar el cultivo de cobertura, se preserva la biodiversidad y la estructura de la tierra creada a lo largo del invierno. La labranza destruye los hongos que han surgido en la tierra, perjudica a los gusanos y crea concentraciones desequilibradas de bacterias. Sin embargo, la labranza puede ser buena para descompactar y mezclar la tierra, el aire y la materia. En Humboldt Seed Organization creemos que la labranza solo es adecuada para descompactar inicialmente la tierra y mezclarla con enmiendas y compuestos ricos en materia orgánica y biológica.

Los cultivos de cobertura protegen la tierra viva de la intemperie y crean una estructura que contribuye a la creación de una red nutritiva y saludable en la tierra.

Para el empajado, basta con añadir algo de compost o estiércol de gallina de forma uniforme por encima del cultivo de cobertura. A continuación, hay que cubrir la superficie de cartón y compactarla pisándola. Lo mejor es hacerlo entre finales de invierno y principios de primavera, para poder plantar a finales de primavera. Una vez la superficie esté cubierta, las plantas de cultivo de cobertura empezarán a descomponerse y contribuirán biológicamente a la tierra. Las micorrizas seguirán presentes en las raíces y podrán esparcirse por la tierra situada alrededor. Las bacterias y los hongos eliminarán las raíces fijadoras de nitrógeno, conservando en la tierra el nitrógeno en forma asimilable para las plantas. La labranza podría liberar gran parte de dicho nitrógeno en la atmósfera. Los hongos miceliales permanecerán inalterados y mantendrán la red de nutrientes de la tierra equilibrada y bien estructurada. Los gusanos se alimentarán y se desarrollarán sin problemas, produciendo lombricomposta nutritiva para la planta.

Cultivos de cobertura de invierno de HSO

Las tierras más fértiles son tierras vivas, por lo que hay que proteger y alimentar la vida que albergan para que, a su vez, esta alimente a las plantas.

*Hay muchas opciones que considerar. Recomendamos visitar una tienda de cultivo para ver si disponen de mezclas adecuadas para la zona geográfica en la que se quiere plantar o realizar una compra en línea informándose previamente.

Humboldt Seed Organization = La calidad es lo primero

27/04/2015