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Diferencias entre el cáñamo y la marihuana: morfología, usos y composición química

¿Son el cáñamo y la marihuana la misma planta? Esta pregunta asalta de vez en cuando a los amantes del cannabis, que muchas veces se pierden en discusiones y disquisiciones pseudocientíficas para no llegar a una conclusión clara. La respuesta es sencilla: sí. El cáñamo y la marihuana son dos variedades diferentes de la misma especie, el Cannabis Sativa. Dos caras de la misma moneda, cuya evolución ha seguido caminos diferentes, en función de su uso. Aquí te contamos cuáles son las diferencias entre el cáñamo y la marihuana. 

Aunque se les denomine de diferente manera, el cáñamo y la marihuana pertenecen a la misma especie, el Cannabis Sativa. Las diferencias entre ellas viene a raíz del uso final de cada una de ellas. Mientras el cáñamo son plantas de cannabis que han sido criadas y cruzadas durante siglos con fines industriales, la marihuana ha tenido y tiene una finalidad lúdica o terapéutica. Piénsalo. Si tu objetivo es conseguir fibra con la que fabricar telas, papel o incluso plástico, te interesará criar plantas con mucho tallo, que es de donde la vas a extraer, y pocas flores. Sin embargo, si tu objetivo es colocarte con unas ricas flores de cannabis, buscarás plantas con altos niveles de cannabinoides -en este caso, THC-, capaces de desarrollar grandes y olorosos cogollosos cargados de terpenos. Cada una de estas finalidades obliga a los criadores a potenciar rasgos diferentes para adaptarse a cada caso.

Pero, ¿cuáles son exactamente las diferencias entre el cáñamo y la marihuana?

La respuesta simple es rápida: el cáñamo no coloca y la marihuana sí. Esto era casi válido hasta hace unas décadas, cuando una de las obsesiones de los breeders era conseguir imprimir en sus variedades de marihuana el nivel de THC más alto. Pero, como te puedes imaginar las diferencias entre el cáñamo y la marihuana van mucho más allá de los niveles del THC.

Morfología:

La primera diferencia y que salta a simple vista es la morfología. Como comentábamos anteriormente, la finalidad del cáñamo es puramente industrial y, por lo tanto, su composición química o la calidad de sus flores es absolutamente irrelevante. La morfología del cáñamo está marcada, entonces, por su finalidad que no es otra que servir de materia prima para producir aceites, fibras y celulosas, que tienen un montón de aplicaciones en la industria. El cáñamo es, de hecho, una opción absolutamente ecosostenible y muy interesante para la fabricación de diversos materiales como papel, tela o plástico. Incluso se le está dando utilidad como regenerador de suelos en zonas de alta contaminación. Para dar respuesta a estas necesidades, y aunque dentro del cáñamo hay variedades diferentes en función del objetivo -extraer aceite, producir semillas o elaborar fibra- los rasgos del cáñamo son, en general, los siguientes:

Composición química y calidad de las flores

La composición química es otro de los puntos a tener en cuenta para diferenciar el cáñamo de la marihuana. Es lógico que para un productor de cáñamo industrial, conocer el porcentaje de cannabinoides o terpenos presentes en la planta sea de poc utilidad. Pero para un breeder que desea lanzar al mercado una variedad hiperpotente con fines lúdicos o capaz de tratar determinada dolencia, la composición química y la calidad de las flores lo es todo. Hasta ahora, la regla básica era la psicoactividad. El cáñamo no coloca y la marihuana sí. Pero con la irrupción del CBD como actor relevante en el mercado cannábico, esta diferenciación ya no sirve. Porque si bien hay muchas variedades de cáñamo que son ricas en CBD, también las hay de marihuana. De hecho, existen variedades de cannabis pure CBD, no psicoactivas, ricas en terpenos, con flores grandes y jugosas, que no pueden considerarse cáñamo. Así pues, la otra gran diferencia entre el cáñamo y la marihuana es que en el segundo caso hay un esfuerzo por controlar y promover una composición química concreta y de gran riqueza que dé respuestas a determinadas demandas lúdicas o terapéuticas. Directamente relacionado con esto, se deriva un interés en promover la mayor producción posible de flores de gran calidad, con olores, aromas e incluso apariencia estética atractivos, que hagan la experiencia del usuario que va a consumirla inolvidable.

¿Se cultivan de manera diferente el cáñamo y marihuana?

El cáñamo, que como hemos dicho tiene menos ramas y mayor altura y, además, finalidad industrial, se cultiva con mucha densidad, en espesos campos con poco espacio entre planta y planta. La marihuana, por su parte, con sus ramas abundantes y sus apreciadas y delicadas flores como reinas del cultivo requiere más mimo. Las plantas crecen con mayor espacio entre ellas para permitir que se desarrollen correctamente, sin estrés y aprovechando toda la luz que puedan recibir. Además, en el caso del cultivo de marihuana, donde el objetivo último es cosechar sus flores, los machos, incapaces de producirlas, están vetados -exceptuando cultivos concretos con finalidad polinizadora-. No hay que olvidar que los machos no sólo no producen las flores buscadas sino que pueden polinizar a las hembras y eso es algo que hay que evitar a toda costa -a no ser, que el objetivo sea producir semillas-. Cuando no son polinizadas, las plantas de marihuana producen grandes cantidades de flores densas y pesadas, libres de molestas semillas.

Usos del cáñamo

El cáñamo es una planta muy interesante, que ha venido utilizándose durante milenios para usos diversos. Además, se plantea como una opción sostenible que puede ayudar al medio ambiente. Estos son algunos de sus usos y posibilidades a nivel industrial:

Producto alimentario:

La semillas y el aceite de cáñamo tiene un altísimo valor nutritivo. El aceite es rico en ácidos grasos poliinsaturados, especialmente en ácido linoleico (Omega-6) y ácido alfa-linoleico (Omega-3), dos ácidos grasos muy beneficiosos para el organismo. Además, las semillas y el aceite de cáñamo también contienen ácido gamma-linoleico, que se utiliza para el tratamiento de dolencias como la neurodermatitis, la artritis y el síndrome premenstrual.

Producción industrial:

23/11/2017