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Desmontando mitos: La delincuencia y la violencia no aumentan cuando se legaliza la marihuana

Aunque los críticos con la legalización de la marihuana hayan extendido la idea de que aumenta los índices de delincuencia, son numerosos los estudios que desmienten ese mito. Un reciente trabajo destaca que han descendido los delitos con violencia en las regiones de Estados Unidos limítrofes con México que han regulado la marihuana medicinal. Otra investigación señala que en los alrededores de los dispensarios de cannabis tampoco aumentan esos delitos.

Seguro que alguna vez has escuchado afirmaciones sobre las supuestos efectos negativos que puede tener la legalización de la marihuana en la sociedad. Por desgracia, se tiende a vincular el consumo de marihuana con algunos problemas, como el aumento de la delincuencia. Sin embargo, esa idea tan extendida sobre el cannabis no está respaldada por datos y no es más que un mito, ahora desmentido por estudios que analizan el impacto de la regulación de la marihuana medicinal en ciertos lugares de Estados Unidos. Sin ir más lejos, un reciente trabajo publicado en 'The Economic Journal' acaba de demostrar que marihuana y delitos no van de la mano. Es más, en ciertos estados que han regulado la marihuana medicinal prevalece la paz social, al contrario de lo que esperarían los críticos con el sector verde. En concreto, el estudio señala que cuando una región de Estados Unidos limítrofe con México (un país en el que siete cárteles controlan la venta ilícita de sustancias) legaliza el cannabis con fines terapéuticos, los delitos con violencia descienden un 13 % de media. Tras analizar datos provenientes del FBI entre 1994 y 2012, los investigadores han averiguado que en esos estados los homicidios descendieron un 41 %, los robos un 19 % o los asesinatos específicamente relacionados con la venta ilegal de marihuana un 10 %. En California, donde la marihuana recreativa también es legal desde comienzos de este año, se redujeron un 15 % los delitos con violencia, mientras que en Arizona se produjo la caída menos acusada, de tan solo el 7 %. "Cada vez que hay una ley de marihuana medicinal observamos que la delincuencia en la frontera disminuye porque existe mucho menos contrabando y mucha menos violencia asociada a eso", ha apuntado Evelina Gavrilova, economista y una de las autoras del trabajo.

La investigación se ha publicado al mismo tiempo que Jeff Sessions, el fiscal general de Estados Unidos y uno de los grandes opositores a la legalidad del cannabis, ha tumbado la normativa de Obama que permitía la aplicación indulgente de las leyes federales sobre marihuana en los estados, una estrategia que posibilitó la regulación en múltiples territorios a lo largo de estos años. En total, 29 estados han autorizado la marihuana con fines terapéuticos y otro ocho también han hecho lo propio con la destinada a usos recreativos, a los que hay que sumar Washington D.C. Once de esos estados legalizaron la marihuana para usos médicos entre 1990 y 2006. Un estudio anterior publicado en 'Plos One' estudió las tasas de delincuencia en una cincuentena de estados, incluidos esos once, durante ese periodo, y también ha llegado a la conclusión de que la legalización no es un indicador del aumento de la delincuencia. Los investigadores de la Universidad de Texas en Dallas descubrieron que los índices de siete tipos de delitos, entre ellos los homicidios, violaciones, agresiones, hurtos o robos de automóviles, no se vieron afectados por la regulación. Pese a los prejuicios negativos hacia dispensarios o cultivadores de cannabis, ninguno de ellos aumentó. Es más, los datos del FBI que analizaron revelaban que los delitos violentos, como homicidios y agresiones, incluso habían descendido en el periodo. Por otra parte, un trabajo realizado a partir de datos más recientes y publicado en 'Prevent Medicine' destaca que la apertura de dispensarios que ofrecen marihuana medicinal tampoco está asociada con que más personas decidan saltarse las leyes. Los autores, investigadores de varias universidades de Kansas y California, analizaron a lo largo de 2014 los delitos con violencia y contra la propiedad en Los Ángeles Sur, una región de la ciudad californiana cuya tasa de homicidio prácticamente cuadriplica a la nacional. En cambio, la presencia de estancos y tiendas de venta de bebidas alcohólicas sí estaban "asociadas con altos niveles de violencia y delitos contra la propiedad" en sus alrededores. Sin embargo, en las cercanías de los dispensarios de marihuana medicinal no se observó un aumento de la violencia.

Otra investigación también ha estudiado la supuesta vinculación entre la presencia de dispensarios de cannabis medicinal y el malestar social. Publicado en la revista 'Journal of Urban Economics' hace unos meses, el trabajo estudió cómo había afectado el cierre de cientos de dispensarios de marihuana medicinal en Los Ángeles por orden de la fiscalía en 2010. En contra de lo que los críticos podrían pensar, tras la clausura se produjo un incremento en los delitos contra la propiedad y el robo de vehículos porque, a juicio de los investigadores, la presencia de transeúntes en torno a esos locales disuadía a los delincuentes. "Nuestros resultados demuestran que los dispensarios no eran imanes del delito como a menudo se los describe, sino que ayudaban a reducir los delitos", destacó uno de los autores del trabajo. Más allá de esos dos estudios centrados en la ciudad californiana, los datos de algunos otros estados demuestran que, tras la legalización de la marihuana recreativa, se ha producido un descenso en la delincuencia. En 2015, casi tres años después de Washington legalizara la producción, distribución y venta de marihuana, la organización sin ánimo de lucro Drug Police Alliance hizo un balance de la situación en ese estado, situado en el oeste del país. Según su informe, los delitos violentos habían descendido un 10 % entre 2011 y 2014, los asesinatos un 13 % y los robos un 6 %.

Por su parte, el Departamento de Seguridad Pública de Colorado también analizó el impacto de la regulación del cannabis con fines recreativos. La normativa, aprobada prácticamente a la vez que la de Washington, convirtió a ambos estados en los primeros en regular el cannabis recreativo en Estados Unidos. Colorado se centró en estudiar cómo habían evolucionado las tasas de arrestos relacionados con la marihuana, y los resultados también demuestran la eficacia de la legalización. En tan solo dos años, esos arrestos, la mayoría de ellos por posesión de marihuana, habían descendido en un 46 %, de los casi 13.000 a los 7000. Así, parece claro que la regulación contribuyó a que el mercado negro de cannabis perdiera fuelle. Todos estos estudios demuestran que la teoría de que la regulación aumenta la delincuencia en una zona no es cierta. Los datos revelan que los estados en los que la marihuana medicinal o recreativa está regulada no han vivido un aumento de la delincuencia en los últimos años, sino que en muchos de ellos ha descendido, y los dispensarios que la ofrecen tampoco son un foco de atracción para los malhechores.

12/04/2018