"España tiene una gran oportunidad para ser líder de Europa en el sector del cannabis. Tiene una base para la legalización, con los clubes, y una gran base en la sociedad civil, con grupos importantes como ICEERS o GEPCA." Michael Colllins lo tiene claro: el contexto social y económico para llevar a cabo la regulación de la marihuana en España es el idóneo para que el país encabece el sector en Europa. Pero reconoce un importante freno: las decisiones políticas sobre el cannabis. El problema, opina, es la "falta de voluntad política por parte del PSOE, que vive en el pasado con este tema y tiene miedo de algo que es inevitable". En lo que respecta a la posición política de los partidos en España frente a la marihuana, estima que "los votantes del PSOE están a favor de legalización, pero los políticos no ven la realidad".
Michael Collins es el Director de Drug Policy Alliance (DPA) una ONG estadounidense con el propósito de poner fin a la guerra contra las drogas. Fundada en 1987 por Arnold S. Trebach, profesor de American University, y Kevin B. Zeese, abogado al frente de la Organización Nacional por la Reforma de las Leyes sobre Marihuana a principios de los 80, esta organización trabaja por disminuir el daño provocado por el uso de drogas, así como por acabar con la prohibición de estas sustancias. Además, la DPA proyecta una sociedad donde el uso y la regulación de las drogas se basa en la ciencia, la salud y los derechos humanos, y considera imperativo para ello promover la libertad individual de cada uno sobre su mente y su cuerpo. Así mismo, proclaman una sociedad donde no se castiga a la gente por cuanto consumen, y son juzgados únicamente por crímenes cometidos contra otros.
Los retos de regular la marihuana: hacer justicia social y convencer a la Policía
"La guerra contra las drogas en Estados Unidos solo ha logrado aumentar el número de población encarcelada, sobretodo de personas relativas a comunidades afroamericanas y latinas", afirma rotundo Collins. Y es que, según ha declarado a HSO, "la guerra contra las drogas en Estados Unidos es una guerra racista". La organización que dirige considera que la guerra contra las drogas emprendida por Nixon ha perjudicado especialmente a las comunidades con raíces latinoamericanas y africanas. Así se explica en el vídeo posteado en la página de la organización (vídeo superior), narrado por el prestigioso rapero Jay-Z, cuya adolescencia está relacionada con la venta de sustancias ilegales en barrios neoyorquinos. Y, según Collins, éste es un punto por arreglar, que no se ha compensado con la legalización de la marihuana en varios estados de EE. UU.
"Las detenciones por delitos relacionados con el cannabis es un trabajo muy fácil por la policía."
Habló de este tema en España, donde reconoció que uno de los problemas de la legalización, es que "las personas que han sufrido bajo el sistema de prohibición, las comunidades afroamericanas, latinas y menos favorecidas, no tienen los recursos para entrar en el mercado legal". "Hemos visto gente de Wall Street ganando una fortuna con el cannabis legal y el sistema debe de ser más justo y sobre todo devolver e indemnizar a las personas afectadas por las políticas fracasadas de la prohibición", valoró. Si trasladamos esta lección americana a Europa, y concretamente a España, donde el uso del cannabis está aún pendiente de ser regulado, el experto enfatiza que "los inmigrantes y la comunidad gitana son quienes sufren por la policía fruto de la prohibición". Por eso considera que "hay que incluir estas comunidades en la legalización".
Respecto a los fracasos de la prohibición, recuerda también que el hecho de penalizar determinadas sustancias no mejora la salud de las personas. "No hemos visto una reducción en el uso de drogas por que estén prohibidas; y ahora estamos en un momento donde la tasa de muertes por sobredosis es muy alta. Es un fracaso que se puede ver desde cualquier medida", afirma refiriéndose a las políticas de Estados Unidos. Cuando le preguntamos por el mayor reto al que se han enfrentado a la hora de legalizar el cannabis en varios estados responde que la policía y algunos políticos han sido el principal desafío. "Ambos ven el uso del drogas como un fracaso moral", explica. Y añade que "a la policía no le gusta que hagamos que su trabajo sea más difícil". Dice esto porque, según considera "las detenciones por delitos relacionados al cannabis es un trabajo muy fácil por ellos".