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¿Qué son los flavonoides?

Tras los cannabinoides y los terpenos, es muy posible que la próxima gran novedad en el sector de la marihuana terapéutica sean los flavonoides. La investigación de las cannflavinas (unos flavonoides exclusivos del cannabis) traen esperanzas de que algún día podamos disponer de una forma completamente nueva de tratar el dolor, a pesar de que los estudios sobre estos compuestos son muy limitados por causa de la prohibición.

Aunque las plantas de Cannabis Sativa producen cientos de compuestos, tan solo dos cannabinoides, el THC y el CBD, han dominado hasta ahora el discurso sobre las propiedades terapéuticas de la marihuana, ya que son los químicos más abundantes, lo que les convierte en los más viables comercialmente y en los más fáciles de investigar.

Los estudios sobre las posibles aplicaciones médicas de estos cannabinoides continúan vinculando su efectividad a su capacidad para reducir la inflamación. Pero la realidad es que el THC y el CBD no son los únicos compuestos con propiedades antiinflamatorias. De hecho, es posible que ni siquiera sean los analgésicos más potentes que el cannabis pueda ofrecernos. Ese honor podría pertenecer a una familia diferente de sustancias: los flavonoides.

Definición de flavonoides: ¿qué son los flavonoides y para qué sirven?

Al igual que los terpenos, los flavonoides son una clase de metabolitos secundarios (reciben también la denominación de productos naturales) que influyen en cómo percibimos el cannabis a través de nuestros sentidos. A menudo atribuimos los sabores y aromas característicos de la marihuana a los terpenos. Sin embargo, los flavonoides también proporcionan las cualidades que usamos para diferenciar las múltiples variedades. De hecho, tanto el olor como el sabor en el cannabis son posibles debido a las cualidades sinérgicas que los terpenos y los flavonoides comparten entre sí.

Los flavonoides son sustancias químicas que se encuentran en toda vida vegetal (no solo el cannabis) responsables de la pigmentación de, por ejemplo, las frutas y verduras. En total, existirían unos 6.000; y aunque se estima que hay unos 20 flavonoides diferentes en el cannabis, algunos de ellos son exclusivos de esta planta (se conocen como cannflavinas). Su principal función es aportar color a las hojas y flores de la marihuana, para proteger la masa vegetal de los rayos ultravioleta y atraer a los insectos para la polinización.

Así, cuando veas una de esas atractivas plantas de marihuana con tonos violeta, has de saber que se debe al flavonoide llamado antocianina, también presente en los frutos del bosque y responsable de tonos morados, rojos o azules. En general, los flavonoides aportan cualquier color que no sea el verde.

Propiedades medicinales de los flavonoides

Se ha demostrado que los flavonoides tienen poderosas propiedades antioxidantes. Esa es la razón por la que los nutricionistas afirman que deberíamos comer los alimentos por su color, sobre todo frutas y verduras. Cuando alguna planta se identifica como un "superalimento", tiene algo que ver con sus flavonoides.

Por ejemplo, la quercetina, presente en el brócoli, la cebolla o los tomates, es el flavonoide más abundante y habitual en la dieta humana; y es antifúngico y antioxidante. También lo es la catequina, que igualmente ayuda a la salud cardiovascular y lo podemos encontrar en el cacao o el té verde.

Además de antioxidantes, los flavonoides también pueden proporcionar otros beneficios para la salud. En 1979, los investigadores descubrieron dos flavonoides que son específicos del Cannabis Sativa: sus nombres son cannflavina A y cannflavina B, e inmediatamente provocaron el interés de los científicos.

En un estudio posterior de 1985, los investigadores encontraron que las cannflavinas A y B proporcionaban beneficios antiinflamatorios que eran aproximadamente treinta veces más efectivos que la aspirina. Así es, treinta veces más efectivo que uno de los analgésicos más comunes.

Casi dos décadas después, en 2014, los investigadores publicaron otro estudio que explicaba esa efectividad y descubrieron que las cannflavinas A y B trabajan para bloquear la producción de dos compuestos químicos que fomentan la inflamación en las células de los animales. Es decir, realmente detienen la inflamación a nivel celular.

Pero a pesar de estos importantes hallazgos, casi nadie prestó atención a cómo el Cannabis Sativa sintetizaba estas cannflavinas no psicoactivas. Y es que identificar los beneficios para la salud de los flavonoides es solo una parte de la ecuación. La otra parte es hacer medicamentos con ellos. Y el hecho de que los flavonoides existan en cantidades tan bajas hace que sea particularmente difícil.

El genoma del cannabis como solución

Las cannflavinas están presentes en algo así como 0,014 % del peso en fresco de la planta, así que se necesitan unos niveles de consumo dignos de un gigante para obtener sus beneficios. Sin embargo, investigadores de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, creen que han encontrado una manera de utilizar la minería genómica para extraer los genes que crean las cannflavinas y luego diseñar metabólicamente cannflavinas A y B sin tener que cultivar la planta.

Hay muchos genomas secuenciados que están disponibles públicamente, incluido el genoma del Cannabis Sativa, que se pueden extraer para obtener información. Si sabes lo que estás buscando se puede dar vida a los genes por métodos bioquímicos (por así decirlo) y reconstruir cómo se ensamblan moléculas como las cannflavinas A y B.

Los posibles fármacos a partir de estos dos compuestos podrían transformar por completo la forma en que tratamos el dolor, "ya que lo interesante de estas moléculas es que en realidad detienen la inflamación en la fuente", afirma Tariq Akhtar, profesor de la Universidad de Guelph y coautor del estudio. "Y la mayoría de los productos naturales no tienen la toxicidad asociada con los medicamentos para el alivio del dolor".

Así es. Los medicamentos a base de cannabis no se dirigen a los receptores de opioides como muchos analgésicos recetados actualmente, lo que hace que sea muy poco probable que el cannabis provoque adicción o sobredosis. Tampoco son AINEs (abreviatura de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos) como la aspirina o el ibuprofeno, que pueden provocar complicaciones peligrosas cuando los toman mujeres embarazadas o personas que usan anticoagulantes como la heparina.

La industria de la salud se encuentra ante el desafío de encontrar un medicamento alternativo para el dolor sin los riesgos de muchos fármacos que contienen opioides, lo que ha provocado una crisis sanitaria en EE.UU. Las cannflavinas, hasta donde sabemos, no tienen efectos secundarios; más bien, tratan la inflamación en su origen. Y según la investigación disponible, lo hacen de manera más segura y efectiva que la aspirina.

Los flavonoides y el "efecto séquito"

Pero no es lo único que se está estudiando acerca de los flavonoides. También se cree que pueden potenciar o ralentizar el efecto de los cannabinoides, como el CBD o el THC, en el sistema endocannabinoide. De hecho, no son psicoactivos; como mucho, su efecto se podría comparar con el del cannabidiol, por lo que ayudaría a que el colocón no fuera tan fuerte.

Es lo que se conoce como "efecto séquito", un término que el químico Raphael Mechoulam acuñó a finales del siglo pasado y que hace referencia a que otros componentes del cannabis, como los terpenos o los propios flavonoides, ayudarían, por ejemplo, a eliminar la ansiedad que la psicoactividad del tetrahidrocannabinol podría generar.

Encontrar la tecnología que pueda estudiar la sinergia entre los diferentes compuestos presentes en el cannabis, además de métodos para cosecharlos o sintetizarlos, podría transformar radicalmente el sector de la medicina. Así que es extremadamente importante que se levante la prohibición del cannabis para permitir que se realicen más investigaciones y así comprender mejor el papel que juegan los flavonoides en la salud humana.

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Referencias:

Biosynthesis of cannflavins A and B from Cannabis Sativa. Kevin A. Rea, José A. Casaretto, M. Sameer Al-Abdul-Wahid, Arjun Sukumarana, Jennifer Geddes, Tariq Akhtar. Phytochemistry 2019.

- Cannflavins from hemp sprouts, a novel cannabinoid-free hemp food product, target microsomal prostaglandin E2 synthase-1 and 5-lipoxygenase. Oliver Werza, Julia Seegers, Anja Maria Schaible, Christina Weinigel, Dagmar Barzc, Andreas Koeberle. PharmaNutrition 2014.

- Flavonoid variation in Cannabis L. M. N. Clark, B. A. Bohm. Botanical Journal of the Linnean Society, 1979

22/11/2019