Arcata, capital no oficial de Humboldt County, destino soñado de los amantes del cannabis y tierra de cultivadores, es el lugar donde un par de breeders iluminados obtuvieron las semillas de Trainwreck a partir de un clon de elite fruto de una lisérgica mezcla de las mejores sativas que tenían a su alcance. El resultado fue esta locura cannábica que, como su nombre indica, representa a la perfección esa América underground, encantadoramente desastrosa, que cultiva cannabis en granjas perdidas, a la luz de la luna, botella de güisqui en mano. Como buena sativa, Trainwreck se estira con fuerza, por lo que es conveniente podarla, especialmente si vas a cultivarla en interior. En exterior se encontrará a sus anchas, especialmente si la cultivas en una región de clima seco y templado. Sus niveles de producción son inmejorables y, tras un periodo de floración de entre 58 y 63 días, estarás recogiendo unos jugosos cogollos, grandes, sólidos y resinosos.
Pero si hay algo que nos gusta de Trainwreck es su arrollador efecto, que te deja en un estado absoluta y deliciosamente "desastroso". Al tratarse de un híbrido, notarás primero un potente globo cerebral que evolucionará a una tranquila y duradera fase de absoluta relajación física, sólo apta para un día en el que sepas que no tienes más obligación que la de disfrutar de tu viaje interior. El sabor de Trainwreck es también un puntazo. Especiado, con toques a fruta ácida, madera de cedro y aroma Kush, merece la pena vaporizarla para disfrutar de cada matiz organoléptico de esta exótica variedad.