Los orígenes de esta semilla de marihuana son tan antiguos como exóticos, sabíamos que si queríamos crear algo especial de verdad, no debíamos escatimar en riqueza genética. Por ello elegimos dos parentales con pedigrí y cualidades excepcionales: una Kush procedente de Pakistán que aporta toda la esencia índica de las antiguas variedades ancestrales, y una Lemon Thai, para darle esa chispa cítrica y fresca que despierta los sentidos.
Una índica todoterreno
El resultado de este cruce es nuestra Lost Coast OG, una maravilla que no solo encierra un sabor único, sino que además se adapta mejor a los medios de exterior que su prima hermana la OG Kush gracias a su corto periodo de floración, que la hace más resistente a la humedad y el moho. Una variedad perfecta para aquellos cultivadores que viven en zonas con climas húmedos y veranos cortos. Esta poderosa genética es perfecta además para aquellos cannabicultores que estén dando sus primeros pasos, pues es muy fácil de cultivar, y con un poco de cariño que le demos esta reina índica nos recompensará con una generosa cosecha de cogollos compactos y perfumados.
Sabor y efecto para sibaritas
El sabor fuera de serie de Loast Coast OG está pensado para sorprender aquellos consumidores experimentados que creen que ya lo han probado todo. Un viaje hacia un relajante universo a través de un sabor sabor único e intenso. Su estimulante mezcla de fruta tropical y maderas exóticas se redondea con notas claras a Kush y limón, una buena propuesta para los que buscan cualidades gustativas afrutadas y propiedades relajantes.